LA CONSTRUCCIÓN DE UNA REPUTACIÓN LITERARIA

 

Hace algunos años leí un par de novelas de Juan Gabriel Vásquez y me parecieron amena para leer un fin de semana, interesantes, pero no obras que pudiera catalogar de trascendentales. Hablo de Los informantes (2004) y El ruido de las cosas al caer (2011). 

Hasta ahí llegué con Vásquez. Pasaron los años y luego de pensarlo decidí volver a él con la esperanza de que hubiera madurado –durante esas lecturas me pareció un digno epígono del más leve Vargas Llosa-. Y lo hice con Las reputaciones (2013).

Aclaro, recién lo hago ahora en el 2020. Seguramente lo que escribió después de esa novela haya ido en crescendo. Espero que así sea.  En fin.

                                                                 Tomado de WMagazín

Las reputaciones me sorprendió gratamente. Es una novela que, pese a su brevedad, contiene una profunda red lingüística y de sentidos. Las frases están hermosamente construidas, con un lenguaje preciso y que se adentra en los intersticios de los sentimientos, en los hechos acaecidos en el pasado; en las consecuencias que se acumulan en el presente.

La novela narra la vida de Javier Mallarino, un caricaturista en el cenit de su prestigio, razón por la cual es reconocido en el teatro Colón de Bogotá. Una amiga de su hija asiste al acto y vuelve a su memoria un acontecimiento ya oculto en los pliegues de su recuerdo: una tarde de juego infantil en la fiesta que el caricaturista ofreció en su recién adquirida casa de campo en la que todo terminó en confusión y…

Bueno, sin adelantos que les dañe la novela si la quieren leer. 

                                                                    

Lo cierto es que está es una obra que vale mucho la pena leer con calma, deteniéndose en las frases bien construidas y en las reflexiones profundas de su protagonista, el cual está muy bien construido. 

Algo que me llamó la atención es el narrador en tercera persona. Es tan íntima y detallada la narración que parece que fuera el mismo protagonista el que cuenta lo acontecido. Así como la descripción de Bogotá y la evidente crítica a los medios de comunicación en tanto actores preponderantes de la construcción de la realidad.

Si hay algún/a estudiante o comunicador/a social leyendo este breve comentario, lo/la invito a leer está novela. Va ampliar su noción de opinión pública, seguro.   


Me queda claro que Juan Gabriel Vásquez es un escritor que quiere construir una obra sólida, ambiciosa y trascendente –me retracto de la afirmación que hice en el primer párrafo-. Y luego de escuchar una entrevista que le hizo Carolina Cuervo por Instagram -cuento las horas para leer su nueva novela, pinta muy, pero muy bien- estoy seguro que está trabajando para, en unos años, ganar el nobel de literatura.  







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