LITERATURA PARA LA MEMORIA
Somos
una sociedad caracterizada por la fragilidad de su memoria colectiva. De
eso no hay duda. Somos como el enfermo de alzhéimer a quien se le olvidó lo
vivido. Fueron más de cincuenta años de conflicto armado y la casi totalidad de
nuestra vida democrática sometida a la violencia bipartidista. Colombia no ha
conocido la paz. O tal vez sí, pero muy poco. Y de eso se trata, justamente. De
mirar hacia adelante, pero sin olvidar el pasado y reflexionar en torno a los
acontecimientos trágicos, reconociendo en la experiencia el legado más poderoso
que le podamos dejar a las futuras generaciones.
![]() |
| Toma de Pixabay |
Dicho
legado está constituido por cientos de páginas que se han escrito en nuestro
país acerca de lo que ha sido la guerra. Textos provenientes del periodismo,
del testimonio autobiográfico, estudios académicos, la historia y,
especialmente, de la literatura. De repente todos hayamos escuchado mencionar
obras como El olvido que seremos (2005), de Héctor Abad Faciolince; Los ejércitos (2006), de Evelio Rosero o No hay silencio que no termine (2010), de
Ingrid Betancourt, solo por mencionar tres obras de altísima difusión en los
últimos años. Pero muy poco se ha dicho de la literatura escrita en el
departamento del Huila acerca de la violencia y el conflicto armado.
![]() |
| Tomado de Revista Canéfora |
Debido
al gran número de éstas, me queda imposible mencionarlas todas, pero sí quiero
hacer alusión de algunas que sirvan como guía para que el lector se introduzca
a la fecunda producción literaria de nuestros autores regionales. Quizá uno de
los antecedentes más relevantes se encuentre en el cuento “Mis Próceres”
(1893), de Waldina Dávila de Ponce de León, que narra la historia de su abuelo,
Benito Salas, durante la gesta independentista y su fusilamiento por parte del
ejercito realista.
Ya
en el siglo XX, sin pasar por alto La vorágine (1924) —más que leída—, de José
Eustasio Rivera, nos encontramos con La Venturosa (1947), de Ramón Manrique. La
novela nos devuelve a la Guerra de los Mil Días, a comienzo de siglo XX, cuando
liberales y conservadores se entrelazaron en una guerra que dejó hondas heridas
en nuestro departamento. Años después, Augusto Ángel Santacoloma publicaría La
sombra del Sayón (1964). Allí el autor recrea algunos momentos de la vida, obra
y muerte de Reynaldo Matiz (friccionados), los primeros movimientos sindicales
del departamento y, desde luego, la época de la violencia en la que se narran
algunas masacres entre liberales y conservadores.
"La literatura reflexiona en torno a los acontecimientos trágicos y reconoce en esa experiencia el legado más poderoso que le podamos dejar a las futuras generaciones"
Finalmente,
vale la pena destacar obras como El cadáver (1975), de Benhur Sánchez, que, desde
mi punto de vista, es una de las obras más importantes de la literatura local;
Los días de la espera (1969), de Luis Ernesto Lasso; Ellos estaban solos frente al monte (1969), de Luis Pérez Medina; Morir
de pie (1980), de Guillermo Bravo; La luna en los almendros (2012), de Gerardo
Meneses; Chimbilá (2012), de Gustavo Briñez;
Antes de que caiga la noche (2013), de Jesús Rodolfo Agudelo; Armas de
juego (2013), de Marco Polo; Manuel de las aguas (2015), de Félix Ramiro Lozada Flórez y, más recientemente Septiembre y tú (2019), de Marco Fidel Yukumá.
La
invitación es que para que las instituciones educativas, tanto públicas y
privadas, involucren estos libros en sus programas de lectura, que inviten a
los autores a charlar con los estudiantes, pues en estos libros está parte de nuestro
legado para que las nuevas generaciones reconozcan, por medio del arte, el
pasado, el presente y vislumbren un futuro que les permita ser constructores de
paz en un territorio que requiere lectores críticos, activos y memoriosos.
* * *
Si te gustó o no el artículo, pero te dio en qué pensar y discutir, no olvides comentar y suscribirse al blog para generar nuevos diálogos.
* * *
Si te gustó o no el artículo, pero te dio en qué pensar y discutir, no olvides comentar y suscribirse al blog para generar nuevos diálogos.




Comentarios
Publicar un comentario